martes, 15 de marzo de 2016



Memorias del Día de la Solidaridad Intersex 8 de Noviembre

Día de la Solidaridad Intersex (DSI), o Día de la Memoria Intersex (DMI), marca el cumpleaños de Herculine Barbin, una persona Intersex de Francia.

El Día de la Solidaridad Intersex el 8 de noviembre, también se destaca Karly Dyanara, una persona Intersex nicaragüense, quien fue acusada, procesada, y condenada a tres años de prisión por una Juez Local cuyo caso fue público a nivel local y trascendió mas alla de las fronteras centroamericanas en el año 1997.

Justo el dia 8 de noviembre todos los medios de comunicación nacionales e internacionales tales como Primer Impacto, junto con otras cadenas internacionales se disputaban la primicia con los medios escritos y televisivos locales, solamente, una persona creyó en Karly Dyanara (su Abogada defensora) quien por todos los medios defendió su teoría que Karly era Intersexual, que no era masculino; pese a que en su documentación de identidad su género está claramente establecido como Femenina.

Lo poco o lo mucho que sabemos de Karly Dyanara ha sido transmitido a través de muchas capas de interpretación, lo que no ha hecho más que oscurecer a la persona, conocida indistintamente durante su vida; nadie se intereso por el final, todos hablaron, todos juzgaron, todos hicieron su propia teoría y todos la repudiaron y condenaron, es por esta razón que dentro de las estadísticas y eventos para la solidaridad Intersex (DSI), Karly Dyanara es una identidad Intersex mas contada entre los casos más relevantes de violación de sus Derechos Humanos.


Por la visibilidad de las personas intersexuales




Día de la Visibilidad Intersex 26 de Octubre


Día de la Visibilidad Intersex (DVI) marca la primera demostración pública hecha por personas Intersex en América del Norte.

El Día de la Visibilidad Intersex el 26 de octubre, marca la primera demostración pública hecha por personas Intersex en América del Norte. 

Morgan Holmes y Max Beck de la Intersex Society of North America (ISNA) se unieron a los aliados de Transexual Menace y otras organizaciones.

Que tuvo lugar el 26 de Octubre de 1996 en Boston, Massachusetts, afuera de una conferencia de la Academia Americana de Pediatría.

ORÍGENES DEL DÍA DE LA VISIBILIDAD INTERSEX

El Día de la Visibilidad Intersex tiene lugar el 26 de octubre de cada año.

Este año, 2016, se conmemora el 12vo aniversario, o el 13vo si contamos desde la primera vez que se habló de esto, en 2003. 

Cuando esto inició por primera vez, se sugirió que durante todo el mes de octubre se hablara acerca de la intersexualidad; hoy en día muchos reconocen esto como el periodo entre el 26 de octubre y el 8 de noviembre, en el que se celebra el Día de la Solidaridad Intersex.

Hace veinte años, el naciente movimiento intersex, aun estaba tratando de encontrar su camino en un mundo en el que pocas personas sabían lo que era la intersexualidad, y aún menos personas tenían la apertura para hablar acerca de su variación intersex. 

La Intersex Society of North America (ISNA), aún era fuerte, y algunas organizaciones que se dedicaban a diagnósticos específicos, estaban comenzando a aparecer para proporcionar apoyo e información acerca de tipos específicos de intersexualidad, tanto a las personas afectadas como a sus familias. 

Dos años antes, en 2002, el proyecto Bodies Like Ours apareció, en un esfuerzo para tender la mano a las personas intersex, proveyéndoles de información acerca de la intersexualidad que, en lugar de estar enfocada en rasgos específicos, se centraba en la experiencia y la intersexualidad en sí – que es lo que significa el haber nacido con un cuerpo que no se ajusta en las definiciones típicas de lo que significa ser hombre o mujer.

Por primera vez, las personas con variaciones intersex, estaban hablando acerca de esto, públicamente y como grupo. 

Claro, los foros alientan el uso de pseudónimos, pero personas reales con variaciones intersex reales, están hablando acerca de esto, juntos, en tiempo real. 

Los foros no están escondidos detrás de una pared – cualquiera con puede leer las conversaciones. Y leer lo que hicieron – y lo que hablan de lo que hicieron. 

En el mundo, la intersexualidad poco a poco está saliendo a la luz.

En algún momento, a mediados de 2003, Emi Koyama, que había trabajado en ISNA y en ese entonces dirigía un sitio web de su propiedad llamado: The Portland Intersex Initiative, o IPDX, y, Betsy Driver, comenzaron a compartir ideas sobre como se podía hacer que los medios de comunicación se interesaran en la intersexualidad, y como podían hacer que las organizaciones en los campus dieran espacio para que un conferencista pudiera hablar del tema o, tal vez, algún otro tipo de sesión informal en la que se hablara de intersexualidad. 

Decidieron crear un día que reconociera la intersexualidad y a algunas de las personas detrás del movimiento. No tomó mucho para que se estableciera el día 26 de octubre, ya que en esa fecha, era el aniversario de la protesta de la ISNA en 1996, bajo la bandera de Hermaphrodites with Attitude en conjunto con aliados de Transexual Menace, que se llevó acabo en Boston donde se celebraba la reunión anual de la Academia Americana de Pediatria.

Estableciendose el 26 de Octubre Día de la Visibilidad Intersexual para crear conciencia en torno a la intersexualidad. 

Animamos a otras organizaciones a unirse a este esfuerzo. 

En resumen, se establecio con la esperanza de que diferentes grupos y personas, de algún modo, tomaran esta bandera y la convirtieran en algo significativo. 

Al llegar el año 2004, ya se había corrido la voz acerca del Día de la Visibilidad Intersex. 

Fueron planificados eventos alrededor del mundo por diversos activistas, estos tenían lugar en los foros de la comunidad, en campus, y en centros comunitarios.

A trece años desde el primer Día de la Visibilidad Intersex, este ha crecido hasta convertirse en un gran acontecimiento.

Medios de comunicación nacionales e internacionales, reconocen el trabajo que los activistas intersex están haciendo, y lo vinculan en el Día de la Visibilidad Intersex (DVI). 

Grupos afines, grandes y pequeños, en todo el mundo celebran eventos especiales, tales como proyecciones de películas y paneles de discusión. Tienen lugar reuniones sociales – y todo debido a que es el Día de la Visibilidad Intersex.

Es apropiado que la idea original que está detrás de este día, permanezca todavía con él – reconociendo a los primeros pioneros que estuvieron en la primera línea del movimiento intersex, sin miedo a salir a la luz y ser vistos, y no avergonzados del cuerpo con el que nacieron. 

Ese pequeño grupo de valientes individuos en 1996, abrió muchas puertas que hoy podrían ser consideradas como pequeños destellos en el espejo retrovisor de una nueva generación de activistas.

Este año, en 2016, se cumplirán 20 años desde que esas valientes almas, entre ellas Morgan Holmes y, el ahora fallecido, Max Beck, permanecieron de pie en aquel frío octubre en Boston, poniendo en sobre aviso a los médicos de que las personas intersex finalmente estaban saliendo a la luz, que sabíamos lo que habían hecho y lo que continúan haciendo. 

Es lógico que el Día de la Visibilidad Intersex en 2016 será extremadamente especia; al igual que cuando empezó, tenemos un siete meses para prepararnos.

En realidad solo se requirió de dos personas comprometidas y un correo electrónico; pero funciona mucho mejor cuando se trata de muchas personas con un plan.


Feliz Día de la Visibilidad Intersex 2016.


lunes, 7 de marzo de 2016

LOS PROBLEMAS  DEL  PREJUICIO Y EL ESTIGMA

Para entender cómo se produce y reproduce la discriminación hacia las personas de la diversidad sexual, es necesario explicar y relacionar dos conceptos fundamentales en los cuales se sustentan las actitudes, los comportamientos y las prácticas discriminatorias: prejuicio y estigma.

El prejuicio es la predisposición irracional (sin reflexión) a adoptar un comportamiento negativo hacia una persona en particular o un grupo poblacional, sobre la base de una generalización errónea y rígida acerca de tales personas o colectivos, que se plasma en estereotipos.

Estos juicios previos suelen ser creencias aprendidas en la familia, la escuela, la iglesia, el trabajo y otros espacios de convivencia que expresan las ideas, los temores o las fobias de grupos sociales con respecto a otras personas o grupos.

El llamado “sentido común”, los refranes y el pensamiento tradicional o convencional suelen ser vehículos de estos prejuicios y estereotipos que pueden conducir al rechazo, al aislamiento, a la restricción o a la exclusión de una persona de los espacios públicos o de los servicios de salud, educación y empleo, por mencionar sólo los más importantes.

En este sentido, el estigma se refiere a la marca física, social, cultural o de otro tipo que hace aparecer como diferente a una persona o grupo, pero también descalifica y reduce de antemano el estatus de esa persona frente a la sociedad.

Es el caso de las personas de las personas de la diversidad sexual o particularmente quienes viven con vih/sida, entre otras.

Paradójicamente, las personas estigmatizadas han llegado a aceptar como “natural” la subordinación y sujeción respecto a quienes los señalan; en ocasiones se llega incluso al auto-rechazo.

En la relación entre estos fenómenos se han sustentado prácticas discriminatorias como el antisemitismo, el racismo, el sexismo, la intolerancia religiosa, el clasismo, la xenofobia, la misoginia y la homofobia, entre otros.

La discriminación, como práctica social, fortalece la intolerancia a la diversidad y facilita los abusos de la autoridad. En muchos casos, promueve la ruptura de las familias y el odio entre los grupos sociales.

Se presenta en todos los espacios de la vida y va desde actitudes de rechazo, burla, humillación o utilización de lenguaje ofensivo hacia la persona diferente, hasta reacciones violentas, que en casos extremos producen los llamados crímenes de odio.


El término homofobia se utiliza para referirse a todas las formas de discriminación, que se expresa en rechazo, ridiculización y otras formas de violencia, que causan daño o perjuicio a las personas en la esfera de su dignidad por cuestiones de sus prácticas, orientaciones o identidades sexogenéricas.
Diversidad corporal

Es necesario evidenciar que estas normatividades genéricas y sexuales son vivenciadas por las personas de un modo encarnado y, por lo tanto, la corporalidad debe ser el punto de partida y una categoría analítica central. De este modo, la intersexualidad tiene que ver específicamente con la diversidad de los cuerpos sexuados.

El cuerpo y la sexualidad, desde el punto de vista de las experiencias, producen subjetividad, formas particulares de vincularse con el mundo y con los/as otros/as, y conocimiento.

Al hablar de diversidad corporal, se intenta explicitar y desnaturalizar las normas sociales que instauran y reproducen cuáles son los cuerpos normativos, deseables, válidos y legítimos.

Los cuerpos que se distancian de este paradigma son marcados por una diferenciación social que, apelando a un discurso que construye a la biología como neutra y definitoria y a la naturaleza como persistente e inmutable, constituye la base de la discriminación.

Estos cuerpos son los “estigmatizados”, ya que son poseedores de un signo o atributo caracterizado como negativo y generador de una identidad social subordinada.

Por tanto, el estigma no es sólo un rasgo corporal o el generador de un rol social, sino que constituye un marcador identitario, un atributo dominante al que se someten todos los demás roles sociales.


Con el espíritu de cuestionar e historizar estos modelos hegemónicos que regulan el género, la sexualidad y la corporalidad, es fructífero pensar al cuerpo como construido socialmente, en tanto está atravesado por relaciones de dominación, categorías de percepción y sistemas sociales de clasificación.

BINARISMO DE GENERO Y NORMATIVIDAD

La noción de binarismo de género hace referencia a la idea naturalizada de las categorías dicotómicas, mutuamente excluyentes, biologicistas y complementarias de varón–mujer, basada en una estandarización de las características anatómicas, donde “mujer” emerge como el término subordinado.

Esta clasificación binaria del sexo y del género atraviesa a la sociedad y es un modo primario de entendimiento y organización del mundo. Sin embargo, los cromosomas, las hormonas, las gónadas, las estructuras sexuales internas y externas presentan una diversidad mucho mayor de lo que se cree.

“En términos biológicos el sexo es una forma de reproducción que consiste en el intercambio de genes que corresponde en un 50 por ciento de la hembra y 50 por ciento del macho.

Sin embargo, en la naturaleza las cosas no son tan simples y se presentan variabilidades de sexo. 

Para comprender la complejidad de la sexualidad humana, hay que mencionar que las/los especialistas distinguen una serie de variabilidades de sexo tanto a nivel de los cromosomas, de las gónadas, del ambiente hormonal fetal, del aparato reproductivo interno, de la apariencia de los genitales externos, de las hormonas de la pubertad, de las características anatómicas y de la identidad sexual”.

Dada esta variabilidad corporal, al momento del nacimiento se seleccionan determinados atributos físicos y estéticos – privilegiando la observación de los genitales– para asignar uno de los dos sexos reconocidos socialmente.

Es en este sentido que se habla de “asignación de sexo”. El sexo, entonces, no es algo que viene dado como un dato de la naturaleza o propiedad esencial de los cuerpos, sino que es también una categoría cultural, en base a ciertos parámetros instituidos socialmente.

En cierta medida, los cuerpos se vuelven inteligibles y cobran significado a partir de ser interpelados y clasificados por los ideales culturales. 

A partir de este mecanismo, instituciones y prácticas sociales comienzan a operar para ratificar la correspondencia y coherencia del sexo asignado con las expresiones sociales de masculinidad y femineidad.

Desnaturalizar las ideas de inmutabilidad y permanencia biológica respecto de los cuerpos permite abordar la artificialidad de los sexos normales, en función de la artificialidad propia de la imposición de la ordenación binaria.

El concepto de género viene a dar cuenta de la construcción cultural e histórica de las esferas sociales de “lo femenino” y “lo masculino”: se trata de una articulación de la corporalidad y la sexualidad en la que, para su distinción, se clasifican roles, atributos y significados sociales.

Esta clasificación está atravesada por escalas de valor de cada sociedad y se basa en una interpretación social de la corporalidad biológica en donde lo masculino se ha valorado positivamente y en relación de superioridad con respecto a lo femenino.

Así se desenmascara el género, no como una adscripción estática, sino como un sistema de relaciones sociales y simbólicas desiguales en el que varones y mujeres son situados de manera diferente, atravesados por relaciones de apropiación/expropiación y dominación/subordinación.

De esta forma, las representaciones, valoraciones y normas adjudicadas a lo “femenino” y lo “masculino”, constituyen modos de significar relaciones de poder y estructurar relaciones sociales, así como la subjetividad individual.

En este sentido, podríamos mencionar una teórica feminista muy conocida que expresa: 

“La ideología de la diferencia sexual opera en nuestra cultura como una censura, en la medida en que oculta la oposición que existe en el plano social entre los hombres y las mujeres poniendo a la naturaleza como su causa. Masculino/femenino, macho/hembra son categorías que sirven para disimular el hecho de que las diferencias sociales implican siempre un orden económico, político e ideológico”.

Este orden binario se encuentra entrelazado a la heteronormatividad, como régimen social, político y económico que presenta a la heterosexualidad como natural y necesaria para el funcionamiento de la sociedad y como el único modelo válido de relación sexo-afectiva y de parentesco.

Este régimen se sostiene y reproduce a partir de instituciones que legitiman y privilegian la heterosexualidad en conjunción con variados mecanismos sociales que incluyen la invisibilización, exclusión y/o persecución de todas las manifestaciones que no se adecuen a él. Podríamos afirmar entonces que los ideales de masculinidad y feminidad han sido configurados como presuntamente heterosexuales, por eso se refiere a un modo de subjetivación compulsiva en el marco de esta norma.

Lo cual podríamos afirmar que, desde la matriz heterosexual se organizan las identidades y se distribuyen los cuerpos, en donde se les otorga un significado específico. Y esta matriz es una matriz de inteligibilidad social, que presupone la estabilidad del sexo binario y depende de la alineación entre sexo, género, deseo y práctica sexual.

El concepto de heterosexualidad obligatoria trae al espacio de la política la dimensión del deseo y engrosa los desarrollos teóricos que afirman que el ámbito de la sexualidad es absolutamente público y objeto de operaciones específicas de poder que la producen normativamente.

Existen muchos autores y autoras que se refieren a la idea de un “contrato heterosexual”, en referencia al clásico “contrato social”, para aludir a que el mandato de la heterosexualidad sirve de fundamento para las normas culturales y las instituciones sociales, a la vez que atraviesa a los/as sujetos/as.

En este sentido, “En efecto, la sociedad heterosexual está fundada sobre la necesidad del otro/a/diferente en todos los niveles. No puede funcionar sin este concepto ni económica, ni simbólica, ni lingüística ni políticamente.

Porque la sociedad heterosexual no es la sociedad que oprime solamente a las lesbianas y a los gays, oprime a muchos/as otros/as/diferentes, oprime a todas las mujeres y a numerosas categorías de hombres, a todos/as los que están en la situación de dominados. Porque constituir una diferencia y controlarla es un acto de poder”.

Tal como se señaló al inicio, hay que remarcar que las categorías, nociones y valoraciones en torno a la sexualidad son un terreno constante de batalla y redefinición.


En la medida en que se profundiza la de-construcción de los modelos únicos, que jerarquizan moral y políticamente las sexualidades, se avanza hacia una democratización de las sexualidades, que prioriza “la forma en que se tratan quienes participan en la relación amorosa, por el nivel de consideración mutua, por la presencia o ausencia de coerción y por la cantidad y calidad de placeres que aporta”, por encima de quiénes son sus integrantes.

DIVERSIDAD SEXO-GENERICA

Las personas y los grupos sociales no se caracterizan por la homogeneidad y la uniformidad, sino por la diversidad. Las personas son diferentes, también en la dimensión de la sexualidad.

“La sexualidad es un aspecto central del ser humano a lo largo de la vida y abarca al sexo, género, identidades y roles, orientación sexual, erotismo, placer, intimidad y reproducción.

La sexualidad se experimenta y expresa en pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, roles y relaciones.

Mientras que la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no todas ellas se experimentan o expresan. La sexualidad se ve influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales”.

En esta parte, se entiende a la diversidad sexual como la pluralidad de prácticas y manifestaciones emocionales, afectivas y sexuales en una cultura dada; contempla las distintas formas de expresar el afecto, el cariño o el deseo sexual, ya sea hacia personas del mismo género, de distinto género o ambos.

Comprende un conjunto amplio de conformaciones, percepciones, prácticas y subjetividades distintas asociadas a la sexualidad, en todas sus dimensiones.

Al hablar de diversidad sexual, se reconoce que sexualidades, géneros y cuerpos no son realidades meramente biológicas y estáticas, sino que varían en función de la historia y de la sociedad.

Desde esta perspectiva, se entiende la multiplicidad de la sexualidad humana y la diversidad de formas que puede asumir. A su vez, esto implica reconocer el carácter histórico y cultural de los modos en que concebimos la sexualidad, las categorías según las cuales se clasifica lo sexual, y las prácticas y relaciones que se configuran a partir de ello.

A partir de esta variabilidad de significados y nociones que giran en torno a la dimensión de la sexualidad, es que es posible entenderla como un campo de acción política, atravesado por relaciones de poder que inciden en las normas, las relaciones, las prácticas, las clasificaciones y las posibilidades de libertad y/o de ejercicio de derechos.

Así, “pensar la sexualidad como experiencia socio-histórica implica poner en consideración la correlación dentro de una cultura entre los campos de saber que se inauguran al respecto, los tipos de normatividad que se establecen, las prácticas eróticas y amatorias que se visibilizan y las formas de subjetividad que se construyen”.

En este sentido, se considera que la sexualidad es también producto de regulaciones socio-políticas y jurídicas que establecen normatividades, clasificaciones y jerarquías y, fundamentalmente, producen formas institucionalizadas de sexualidad:

“Igual que el género, la sexualidad es política. Está organizada en sistemas de poder que alientan y recompensan a algunos individuos y actividades, mientras que castigan y suprimen a otros y otras”.

Es por esto que, si bien se comprende que la diversidad sexual y afectiva abarca una multiplicidad de prácticas, relaciones y formas de expresión y que se manifiesta de modo singular en cada persona, desde una dimensión política se usa el concepto para hacer referencia a aquellas sexualidades no hegemónicas, invisibilizadas y estigmatizadas.

La antropóloga afirma: “La variedad es una propiedad fundamental de toda forma de vida, desde los organismos biológicos más simples hasta las formaciones sociales humanas más complejas y, sin embargo, se supone que la sexualidad debe adaptarse a un modelo único”.

El sistema jerárquico de las sexualidades está basado, en las sociedades occidentales modernas, en el binarismo de género y en la heterosexualidad como régimen político.


PROGRAMA PROMOCION DE DERECHOS HUMANOS DE LAS POBLACIONES LGBTT E INTERSEXUALES

EL CENTRO DE APOYO A INTERSEXUALES Y LA DIVERSIDAD SEXUAL de La Sociedad Intersexual Nicaragüense, A.C. trabaja en coordinación con poblaciones LGBTT desde 2014.

Nuestros vínculos con dichas poblaciones se están fortaleciendo con el desarrollo del proyecto 2016 titulado Formación de Promotores en Derechos Humanos y Cultura Jurídica para la Población LGBTT de Nicaragua, especialmente en los siguientes aspectos:

Identificación de las principales violaciones en derechos humanos y de situaciones problemáticas en su atención, por parte de instancias públicas.

Reconocimiento de recursos personales e institucionales útiles para la formación de programas de promoción en derechos humanos, desde un enfoque de género y de diversidad sexual.

Exploración de formas innovadoras de participación ciudadana y convivencia social.

Desarrollo de actividades recreativas y culturales para la sensibilización y reflexión de expresiones sexuales y de género emergentes.

MISIÓN:

Somos un equipo de Activistas Intersexuales que realiza investigaciones destinadas a transformar el entorno político, social, cultural y económico de nuestro país, para lo cual llevamos a cabo acciones que nos permitan multiplicar esfuerzos con organizaciones y movimientos sociales afines a nuestra visión y principios.

VISIÓN:

Trabajamos en la construcción de una sociedad igualitaria a través de la lucha por la justicia social, el respeto de los derechos humanos y la defensa de la libertad.

PRINCIPIOS:

Primeramente Ratificamos la existencia y la Visibilidad de la Intersexualidad.

Reivindicamos la diversidad sexual y el respeto irrestricto a las identidades sexo–genéricas afectivas.

Ratificamos que la laicidad es indispensable para el ejercicio de la ciudadanía y el respeto de los derechos humanos.

Proclamamos que el amor y el derecho al placer son indispensables para el bienestar de las personas.

Afirmamos que la autodeterminación es un principio fundamental en la construcción histórica política de los pueblos, las personas y sus cuerpos.

Promovemos un trato igualitario, respetuoso y solidario entre personas y comunidades.

Sostenemos que para la emancipación de las mujeres es indispensable la sororidad.

Esta Iniciativa es la contribución del Centro de Apoyo a Intersexuales y la Diversidad Sexual, para fomentar el ejercicio pleno de los DH de quienes han vivido o viven situaciones de violencia a causa de la discriminación por motivos de orientación o preferencia sexual y/o identidad o expresión de género.

Representa la sistematización de una enriquecedora experiencia analítica y vivencial que se lleva a cabo durante el año 2016 a través del proyecto “Red Comunitaria de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos de las Poblaciones Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Transgénero (LGBTT)”, una opción inédita en la Ciudad de León que tiene como propósito promover una cultura de los DH que favorezca la calidad de vida, el trato digno, la participación social y la creación de oportunidades reales de desarrollo para las poblaciones LGBTT, por medio del conocimiento y el uso estratégico de normas jurídicas.

El antecedente de Nuestra propuesta es el “Programa de formación de promotores en derechos humanos y cultura jurídica para la población Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero (LGBTT)”, que estamos realizando en este año 2016.

Una de las principales aportaciones durante el desarrollo de este proyecto es el propio diagnóstico que estamos realizando promotoras y promotores participantes nacionales y extranjeros, quienes han señalado que, desde su experiencia y en la actualidad, son cinco los principales retos que deben enfrentar en materia de discriminación las poblaciones LGBTT de nuestro país:

a) El rechazo y la estigmatización social, producto de la poca sensibilización, la ignorancia y los prejuicios sobre las diversas expresiones eróticas, afectivas y amorosas que escapan a las convenciones tradicionales de manifestación de la sexualidad.

b) El escaso interés público por investigar, conocer y registrar estadísticamente las distintas situaciones que viven las personas LGBTTI, sus familias y entornos sociales inmediatos.

c) La falta de programas integrales y políticas públicas en torno a la prevención y atención de actos discriminatorios por orientación o preferencia sexual y expresión o identidad de género.

d) La alta heterogeneidad del marco jurídico nacional, en el que todavía predominan leyes y normas que invisibilizan o niegan derechos fundamentales a las personas LGBTTI.

e) La difusión y consolidación en los espacios públicos de imágenes estereotipadas con las que se pretende homologar los distintos estilos de vida de las personas LGBTTI, minimizando sus condiciones reales de vida, minando su capacidad de organización social y favoreciendo la reproducción de patrones discriminatorios al interior mismo de las propias poblaciones LGBTTI.

Las consecuencias, también identificadas por las y los participantes, siguen siendo: ignorancia; invisibilización; aislamiento, discriminación; deterioro de la salud integral; problemas de seguridad e identidad personales; falta de espacios dignos para la socialización; trato humillante en las áreas de procuración de justicia y atención a la salud; acoso y precariedad laboral; acoso y violencia escolar; maltrato y violencia familiar; deterioro en los niveles de vida y en el bienestar personal; entre las principales.

Ante estas situaciones, algunos mecanismos formales (acciones, programas, políticas, normas y leyes públicas) resultan insuficientes, poco difundidos y desconocidos para la mayor parte de la sociedad, así como para las poblaciones LGBTTI mismas.

Para incidir en la transformación del entorno sociocultural en el que viven dichas poblaciones, durante el desarrollo del Programa queda de manifiesto la necesidad de:

1) Hacer una revisión crítica y profunda de la estructura discriminatoria asociada a la invisibilización, la estigmatización, el rechazo público, el aislamiento social, el maltrato institucional, así como la violencia que todavía vive gran parte de las poblaciones LGBTTI.

2) Identificar estrategias que permitan a las distintas poblaciones LGBTTI el acceso igualitario y no discriminatorio a los órganos y programas: de procuración e impartición de justicia; de atención médica y servicios de salud; de educación y formación profesional; de fomento y promoción al empleo digno; de garantía a la libertad personal y la identidad de elección; entre las más importantes.

3) Reflexionar sobre los alcances y las limitaciones del trabajo activista, ocasional o profesional, con las poblaciones LGBTTI, considerando que los contextos socio-culturales son dinámicos y complejos, que cambian continuamente con el quehacer cotidiano.

4) Revisar constantemente términos y significados en torno a las expresiones eróticas y amorosas, bajo la premisa de que deben ser analizados como parte de un proceso crítico y no como verdades absolutas.

5) Considerar que en la formación de promotores y promotoras de DH de las poblaciones LGBTTI, el fortalecimiento de actores sociales con habilidades de consejería y la creación de redes comunitarias con vinculación institucional se convierten en acciones de transformación que hacen más efectivo el ejercicio pleno de los DH.

6) Realizar acciones que contrarresten la desarticulada organización sociopolítica de las distintas poblaciones LGBTTI, así como la evidente división y el conflicto continuo en sus relaciones internas.


Con base en estas recomendaciones y la experiencia obtenida en el Programa 2014, elaboramos el proyecto para el 2016 con miras a construir un modelo de formación profesional que atienda cuatro dimensiones fundamentales para garantizar los DH de las poblaciones LGBTTI

miércoles, 10 de febrero de 2016

Declaración Universal de los Derechos Humanos


Declaración Universal de los Derechos Humanos


Artículo 1.

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Están dotados de razón y conciencia y deberían actuar fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2.

Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción de ningún tipo, sea raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Artículo 5.

Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6.

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7.

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que viole esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Artículo 16.


Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo.




Declaración pública del Tercer Foro Intersex Internacional

1 de Diciembre del 2013

Entre el 29 de Noviembre y el 1 de Diciembre del 2013, el Tercer Foro Intersex Internacional, respaldado por la ILGA e ILGA-Europe, tuvo lugar en Valleta, Malta. Este evento reunió a 34 activistas, representando a 30 organizaciones Intersex de todos los continentes.

Nosotras/os

Afirmamos que las personas Intersex son reales, y que existen en todas las regiones y en todos los países del mundo.

Por lo tanto, las personas Intersex deben ser reconocidas como las/os agentes de los cambios sociales, políticos y legislativos que les conciernen.

Reafirmamos los principios del Primer y Segundo Foro Intersex Internacional y extendemos las demandas con el fin de terminar con la discriminación contra las personas Intersex y asegurar el derecho a la integridad corporal, la autonomía física y la auto-determinación.

Demandas

Poner fin a las prácticas mutiladoras y ‘normalizadoras’ tales como cirugías genitales, tratamientos psicológicos y otros tratamientos médicos, por vía legislativa y por otros medios.

Las personas Intersex deben ser respaldadas en la toma de decisiones sobre su propia integridad corporal, autonomía física y auto-determinación.

Poner fin a los diagnósticos genéticos pre-implantacionales, testeo y tratamiento pre-natales, y al aborto selectivo de los fetos Intersex.

Poner fin al infanticidio y asesinato de personas Intersex.

Poner fin a la esterilización no consentida de las personas Intersex.

Despatologizar las variaciones de las características sexuales en el contexto de las guías, protocolos y clasificaciones médicas tales como la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud.

Registrar a las niñas y los niños Intersex como mujeres o varones, sabiendo que, como todas las personas, ellas/os pueden identificarse en un sexo o género diferente al crecer.

Asegurar que las clasificaciones de sexo o género sean rectificables con un simple procedimiento administrativo bajo el pedido de las personas interesadas. 

Todas las adultas y menores capaces deberían poder elegir entre mujer (M), varón (V), opciones no-binarias o múltiples. En el futuro, así como la raza o la religión, el sexo o el género no deberían ser categorías en los certificados de nacimiento o los documentos de identificación de ninguna persona.

Concientizar en torno a cuestiones Intersex y a los derechos de las personas Intersex en el contexto de la sociedad en general.

Crear y facilitar espacios de apoyo que sean seguros y celebratorios para las personas Intersex, sus familiares y allegados.

Asegurar que las personas Intersex tengan derecho a la información y acceso completo a sus propios expedientes e historias clínicas.

Asegurar que todos los profesionales y proveedores de salud que juegan un rol específico en el bienestar de las personas Intersex tengan capacitación adecuada para proporcionar servicios de calidad.

Brindar el debido reconocimiento del sufrimiento y la injusticia causada a las personas Intersex en el pasado, y proporcionar debida compensación, reparación, acceso a la justicia y derecho a la verdad.

Añadir Intersex a otras causales en legislación antidiscriminatoria, y asegurar la protección contra la discriminación interseccional.

Asegurar el cumplimiento de todos los derechos humanos y derechos a la ciudadanía de todas las personas Intersex, incluyendo el derecho a casarse y a formar una familia.

Asegurar que las personas Intersex sean capaces de participar en deportes competitivos, en todos los niveles, conforme a su sexo legal. Las/os atletas Intersex que han sido humillados o privados de sus títulos deberán recibir reparación y re admisión.

El reconocimiento de que la medicalización y la estigmatización de personas Intersex producen trauma significativo y problemas de salud mental.

Con el fin de garantizar la integridad corporal y el bienestar de las personas Intersex, el apoyo psicosocial, autónomo y no patologizante, y el apoyo de pares deben estar disponibles tanto para las personas Intersex, a lo largo de su vida (y en tanto sea requerido por las mismas), así como para sus familias y/o prestadores de salud.

Teniendo en cuenta lo anterior, el Foro llama:

A las instituciones de derechos humanos internacionales, regionales y nacionales a incorporar y brindar visibilidad a las cuestiones Intersex en su trabajo.

A los gobiernos nacionales, a abordar las cuestiones planteadas por el Foro Intersex y a elaborar soluciones adecuadas en colaboración directa con representantes y organizaciones Intersex.

A las agencias informativas y medios de comunicación, para asegurar el derecho de las personas Intersex a la privacidad, dignidad, representación apropiada y ética.

A las financiadoras, a comprometerse con las organizaciones Intersex y a respaldarlas en la lucha por la visibilidad, por incrementar su capacidad, por la construcción de conocimiento y la afirmación de derechos humanos.

A las organizaciones de derechos humanos, a contribuir construyendo puentes con las organizaciones Intersex y a conformar las bases para el apoyo mutuo.

Esta tarea debe ser llevada a cabo con espíritu de colaboración y las cuestiones Intersex no deben ser instrumentalizadas, por nadie, como un medio para otros fines.


Malta, 1 de diciembre de 2013.